TERESA GONZÁLEZ
DEL REAL DE FANNING
1952 - 2013 |
En el año 2002, al conmemorarse el Cincuentenario de la
prestigiosa Gran Unidad Escolar de Mujeres que
se fundó en
1952 bajo la advocación de la notable
educadora doña Teresa González del Real de Fanning, motivado por la celebración y como docente
de dicha casa de estudios,escribí y publique una breve semblanza biográfica de aquella ilustre peruana con la finalidad de que se conozca y difunda como fue su vida, su trayectoria profesional y humana la cual perdura como ejemplo para todas
las generaciones.
Hoy día, 2013, una vez más motivado por la cercanía de la celebración de un aniversario más de fundación de nuestra casa de estudios, vuelvo a publicar dicha semblanza biográfica y el cual pongo a consideración de todos ustedes.
EL LAR FAMILIAR
Ella nació en la casa de la hacienda San José de las
Pampas, antigua propiedad de su familia, en la localidad Nepeña, departamento
de Ancash, el 12 de agosto de 1836. Hija del cirujano del ejército español don
Jerónimo González y de doña Josefa del Real y Salas, recibió en la pila
bautismal el nombre de Teresa,
adquiriendo en el seno del hogar familiar la simiente que con raro empeño
habría de esparcir.
Sus primeros años transcurrieron al lado de sus
progenitores y de sus hermanos Tarcila, Nicanor, Macedonio, Francisco, Antonio
y Enriqueta. Fue moldeada con una férrea formación en lo relacionado a
principios y valores, los cuales modelarían su conducta y cimentarían su
personalidad, preparándola para afrontar el largo trajinar de su existencia.
Mientras que sus hermanos fueron a educarse a Europa, Teresa fue educada por profesores particulares en su tierra
natal, recibiendo de ellos una valiosa
formación. Contrajo nupcias el 11 de agosto de 1853,
Juan Fanning |
cuando apenas frisaba los
17 años de edad, con el distinguido marino
Juan Fanning, perteneciente a una de las conocidas y acaudaladas
familias de Lambayeque. Concibió en esta relación dos hijos, Jorge y Emma, los
cuales murieron a temprana edad, causándoles un hondo pesar.
Azarosa la vida personal de esta insigne matrona, pues
en enero de 1881, al producirse la toma de Lima por los invasores chilenos,
perdió también a su esposo, el heroico comandante Fanning, inmolado en la
batalla de Miraflores.
Pero ni el inmenso dolor ante tan irreparable pérdida
fue suficiente para amilanar el extraordinario espíritu que ella albergaba.
Antes al contrario, sacó de la adversidad renovadas fuerzas, para convertirse en una de las más destacadas
personalidades de la cultura peruana, como lo fue hasta su desaparición física
en abril de 1918, tal y conforme mencionaron al unísono sus biógrafos, de cuyas
semblanzas reproducimos a continuación selectos extractos.
ESCRITORA
ILUSTRADA Y BENEFACTORA SOCIAL
Doña Teresa González de Fanning fue un elemento útil
en nuestra sociedad, un espíritu culto y
una alma que siempre estuvo, para el bien, abierta. Perteneció a la
pléyade de grandes institutoras, que desde entonces hasta el presente no han
podido ser reemplazadas cabalmente.
Tuvo un carácter que la hizo digna del hombre ilustre con que la unió
á su destino y que supo hallar muerte gloriosa ante el invasor extranjero, con
el arma en la mano y el pecho abierto a
la bala mortal. Teresa González de Fanning, al enviudar, se dedicó a la enseñanza y su colegio fue un centro fecundo
de cultura, de noble enseñanza y de alta ilustración.
Cultivadora de las bellas letras y poseedora de una
cultura literaria notable, Teresa González de Fanning fue una escritora muy
estimada. Su libro “Lucecitas”, colección de novelas cortas impreso en Madrid,
mereció un prólogo, muy elogioso, de la
eminente escritora española Emilia Pardo Bazán, prólogo que bastó para
consagrarla en el mundo literario.
Se le tuvo entre las más aplaudidas literatas en el
tránsito del siglo XIX al XX, tanto por los valores morales de sus escritos,
cuanto por la corrección de su forma esmeradamente concebida. Por ello, su
nombre debiera figurar en lo mejor de la literatura peruana, porque fue autora
de varias obras que recibieron muy favorables juicios de eminencias literarias
del extranjero.
Colaboró entusiastamente en varias revistas
culturales, entre ellas la editada por el Ateneo de Lima, crisol de la cultura
de post guerra, bajo el gobierno de Andrés Avelino Cáceres. Destacó también
como benefactora social. Toda obra de bien que se hizo en su época contó con su
decidido apoyo. Cuando Juana Alarco
de Dammert tuvo la feliz idea de crear la Cuna Maternal,
encontró en Teresa González de Fanning una eficaz y entusiasta colaboradora,
habiendo sido una de sus socias fundadoras. Su nombre se asoció también a varias otras obras
benéficas, porque así fue siempre: un carácter inteligente, un espíritu
elevado, un elemento de cultura y de progreso.
IMPULSORA DE LA
EDUCACIÓN FEMENINA
Pero donde Teresa González de Fanning alcanzó su más alta distinción fue en su rol de
educadora, habiendo sido maestra de dos generaciones a las que inculcó el
tesoro de sus virtudes y los resplandores de su privilegiado saber, pleno de
méritos indiscutibles. Ella dedicó á la educación moral y cívica la mayor parte de su vida.
En horas aciagas para la patria, como una respuesta a
las dolorosas pérdidas causadas por la invasión extranjera, Teresa González de
Fanning volcó toda su dedicación a la tarea educativa, y con el invalorable apoyo de sus hermanas
Enriqueta y Elena, fundó el Instituto de Enseñanza para la Mujer, innovador
centro educativo en el que se cultivaron muchas de las damas que adquirirían
renombre cultural en el período de la Reconstrucción Nacional.
Sus contemporáneos la consideraron entre las tres
grandes y respetables educadoras de la mujer que existieron en Lima, y que
dieron lustre a sus nombres por haber hecho una obra social de enorme
trascendencia: «esas tres damas modeladoras del corazón femenino en
las formas más
bellas de la virtud han sido la señora Luisa
Beausejour, la señorita Enriqueta Lund y la señora Teresa González de Fanning;
francesas las dos primeras y peruana la última. Teresa González de
Fanning, cuando murió su heroico esposo
en defensa de la
patria, buscó el
consuelo para el
gran dolor en
la obra santa
y noble de educar niñas en los principios del patriotismo, de las
virtudes hogareñas, de la moral personal y de la caridad y la fe cristianas. Y
asumió esta noble tarea con especialísimas condiciones de espiritual
penetración, de sugestión cariñosa y de superior inteligencia, por lo que fue tierna y respetuosamente amada por las
niñas que acudieron á su plantel, á instruirse y educarse».
Otro de sus biógrafos anotaría al respecto: «La señora
Fanning, viuda de una de las más simpáticas, nobles y bellas figuras de la
juventud limeña sacrificadas en la guerra del Pacífico, fue la fundadora del
plantel de instrucción que más se distinguiera durante largos años en la
capital y en una labor intelectual activísima y
notable honró el nombre peruano con bellas obras y con frutos de su
ponderado y robusto talento».
El Instituto de Enseñanza para la Mujer dejó su nombre
a otro establecimiento de su género, que en la segunda década del siglo XX
funcionaba como testimonio vivo del
prestigio que le diera su fundadora. A
la vez, Teresa González de Fanning escribió varios textos de enseñanza,
destacando entre ellos el titulado “Lecciones de Economía Doméstica”, que
obtuvo gran acogida en los hogares por las valiosas enseñanzas en él
contenidas.
Fue principal de su existencia la búsqueda del
progreso social, publicando sobre la materia diversos estudios, con el
seudónimo María de la Luz. Buscó con ellos aportar ideas para el mejoramiento
de la educación femenina y para el auxilio de la niñez desvalida. En ello
trabajó hasta que el agotamiento físico le impuso descanso.
En ello fue
modelo de virtud
activa, digno de
imitarse como guía
espiritual en todos los tiempos.
Así quedó grabado en el recuerdo de todas las niñas, luego madres de familia,
que se nutrieron con sus enseñanzas y su prédica de los valores, formación
moral que luego inculcaron a sus hijos, perennizando la grandiosa obra de quien
supo ser benefactora espiritual de muchas generaciones.
SU VIGENCIA
IMPERECEDERA
En sus años postreros,
reconocida como egregia matrona, notable educadora, escritora de gran
valía y persona signada por el respeto nacional, doña Teresa González de
Fanning optó por apartarse del bullicio mundano, rodeada de sus recuerdos y
consagrada enteramente a la práctica de las más austeras virtudes. Por entonces adquirió la penosísima dolencia que la llevaría a la tumba,
soportándola sacrificadamente, sin exhalar un solo quejido, según cuentan
quienes compartieron su austero retiro, hasta sus momentos finales en abril de
1918.
Al morir se le tributaron múltiples homenajes, y
esclarecidas plumas exaltaron su figura honrándola como una de las intelectualidades
femeninas más altas y valiosas que ha producido el Perú, cuyo ejemplo
soportaría el paso del tiempo puesto que dejó un legado cuya vigencia habría de
perdurar.
En su honor
fueron pronunciadas estas frases: «Cuando el espíritu nacional entre en ese
nivel superior en que los pueblos sienten gratitud por quienes han honrado a la
patria con obras de bien, la señora
Teresa González de Fanning tendrá como educadora de la mujer el recuerdo
imperecedero que se le debe á ella como a otras damas de excelsa filantropía,
que han hecho honor a su sexo y a su patria».
Colegio Japones "Lima Nikko" |
G.U.E. "Teresa González de Fanning" |
I.E.E. "Teresa González de Fanning"
Demolieron el antiguo Colegio?
ResponderEliminarSería una pena si lo hicieron... era emblemático...
ResponderEliminarAprovechando que toda la comunidad estudiantil y docente estuvieron distribuidos en otros colegios mientras iba a durar la "remodelación" toda la infraestructura del Colegio fue demolida. La Municipalidad de Jesús María trato en vano que el frontis del Colegio sea declarado como monumento histórico al igual que la Comunidad Peruano Japonesa "Lima Niko", al gobierno de García Pérez poco le importo y arraso con todo. Fue una gran pérdida.
ResponderEliminarSi incluso contaba con un mostrario de momias las cuales fueron halladas en el lugar.
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