lunes, 14 de octubre de 2013

TERESA GONZÁLEZ DEL REAL DE FANNING



TERESA GONZÁLEZ DEL REAL DE FANNING



1952 - 2013
En el año 2002, al conmemorarse el Cincuentenario de la prestigiosa Gran Unidad Escolar de Mujeres que  se  fundó  en  1952 bajo  la advocación de  la notable  educadora doña Teresa González del Real de Fanning, motivado  por la celebración y como docente de dicha casa de estudios,escribí y publique una breve semblanza biográfica de aquella ilustre peruana con la finalidad de que se conozca y difunda como fue su vida, su trayectoria profesional y humana la cual perdura como ejemplo para todas las generaciones.

Hoy día, 2013, una vez más motivado por la cercanía de la celebración de un aniversario más de fundación de nuestra casa de estudios, vuelvo a publicar dicha semblanza biográfica  y el cual pongo a consideración de todos ustedes.


EL LAR FAMILIAR




Ella nació en la casa de la hacienda San José de las Pampas, antigua propiedad de su familia, en la localidad Nepeña, departamento de Ancash, el 12 de agosto de 1836. Hija del cirujano del ejército español don Jerónimo González y de doña Josefa del Real y Salas, recibió en la pila bautismal  el nombre de Teresa, adquiriendo en el seno del hogar familiar la simiente que con raro empeño habría de esparcir. 

Sus primeros años transcurrieron al lado de sus progenitores y de sus hermanos Tarcila, Nicanor, Macedonio, Francisco, Antonio y Enriqueta. Fue moldeada con una férrea formación en lo relacionado a principios y valores, los cuales modelarían su conducta y cimentarían su personalidad, preparándola para afrontar el largo trajinar de su existencia. Mientras que sus hermanos fueron a educarse a Europa, Teresa fue educada  por profesores particulares en su tierra natal, recibiendo de ellos una valiosa formación. Contrajo nupcias el 11 de agosto de 1853, 
Juan Fanning
cuando apenas frisaba los 17 años de edad, con el distinguido marino  Juan Fanning, perteneciente a una de las conocidas y acaudaladas familias de Lambayeque. Concibió en esta relación dos hijos, Jorge y Emma, los cuales murieron a temprana edad, causándoles un hondo pesar. 
Azarosa la vida personal de esta insigne matrona, pues en enero de 1881, al producirse la toma de Lima por los invasores chilenos, perdió también a su esposo, el heroico comandante Fanning, inmolado en la batalla de Miraflores. 

Pero ni el inmenso dolor ante tan irreparable pérdida fue suficiente para amilanar el extraordinario espíritu que ella albergaba. Antes al contrario, sacó de la adversidad renovadas fuerzas,  para convertirse en una de las más destacadas personalidades de la cultura peruana, como lo fue hasta su desaparición física en abril de 1918, tal y conforme mencionaron al unísono sus biógrafos, de cuyas semblanzas reproducimos a continuación selectos extractos. 


ESCRITORA ILUSTRADA Y BENEFACTORA SOCIAL


Doña Teresa González de Fanning fue un elemento útil en nuestra sociedad, un espíritu culto y  una alma que siempre estuvo, para el bien, abierta. Perteneció a la pléyade de grandes institutoras, que desde entonces hasta el presente no han podido ser reemplazadas cabalmente.

Tuvo un carácter que la  hizo digna del hombre ilustre con que la unió á su destino y que supo hallar muerte gloriosa ante el invasor extranjero, con el arma en la mano y el pecho abierto a  la bala mortal. Teresa González de Fanning,  al enviudar, se dedicó a la  enseñanza y su colegio fue un centro fecundo de cultura, de noble enseñanza y de alta ilustración.

Cultivadora de las bellas letras y poseedora de una cultura literaria notable, Teresa González de Fanning fue una escritora muy estimada. Su libro “Lucecitas”, colección de novelas cortas impreso en Madrid, mereció un prólogo, muy elogioso, de  la eminente escritora española Emilia Pardo Bazán, prólogo que bastó para consagrarla en el mundo literario. 

Se le tuvo entre las más aplaudidas literatas en el tránsito del siglo XIX al XX, tanto por los valores morales de sus escritos, cuanto por la corrección de su forma esmeradamente concebida. Por ello, su nombre debiera figurar en lo mejor de la literatura peruana, porque fue autora de varias obras que recibieron muy favorables juicios de eminencias literarias del extranjero.

Colaboró entusiastamente en varias revistas culturales, entre ellas la editada por el Ateneo de Lima, crisol de la cultura de post guerra, bajo el gobierno de Andrés Avelino Cáceres. Destacó también como benefactora social. Toda obra de bien que se hizo en su época contó con su decidido apoyo. Cuando  Juana  Alarco  de Dammert  tuvo  la feliz idea de crear la Cuna Maternal, encontró en Teresa González de Fanning una eficaz y entusiasta colaboradora, habiendo sido una de sus socias fundadoras. Su nombre se  asoció también a varias otras obras benéficas, porque así fue siempre: un carácter inteligente, un espíritu elevado, un elemento de cultura y de progreso.


IMPULSORA DE LA EDUCACIÓN FEMENINA


Pero donde Teresa González de Fanning alcanzó su  más alta distinción fue en su rol de educadora, habiendo sido maestra de dos generaciones a las que inculcó el tesoro de sus virtudes y los resplandores de su privilegiado saber, pleno de méritos indiscutibles. Ella dedicó á la educación  moral y cívica la mayor parte de su vida.

En horas aciagas para la patria, como una respuesta a las dolorosas pérdidas causadas por la invasión extranjera, Teresa González de Fanning volcó toda su dedicación a la tarea educativa, y con  el invalorable apoyo de sus hermanas Enriqueta y Elena, fundó el Instituto de Enseñanza para la Mujer, innovador centro educativo en el que se cultivaron muchas de las damas que adquirirían renombre cultural en el período de la Reconstrucción Nacional. 

Sus contemporáneos la consideraron entre las tres grandes y respetables educadoras de la mujer que existieron en Lima, y que dieron lustre a sus nombres por haber hecho una obra social de enorme trascendencia: «esas tres damas modeladoras del corazón femenino  en  las  formas  más  bellas  de  la virtud han sido la señora Luisa Beausejour, la señorita Enriqueta Lund y la señora Teresa González de Fanning; francesas las dos primeras y peruana la última. Teresa González de Fanning,  cuando murió su heroico esposo en defensa  de  la  patria,  buscó  el  consuelo  para  el  gran  dolor  en  la  obra  santa  y noble de educar niñas en los principios del patriotismo, de las virtudes hogareñas, de la moral personal y de la caridad y la fe cristianas. Y asumió esta noble tarea con especialísimas condiciones de espiritual penetración, de sugestión cariñosa y de superior inteligencia, por lo que  fue tierna y respetuosamente amada por las niñas que acudieron á su plantel, á instruirse y educarse».

Otro de sus biógrafos anotaría al respecto: «La señora Fanning, viuda de una de las más simpáticas, nobles y bellas figuras de la juventud limeña sacrificadas en la guerra del Pacífico, fue la fundadora del plantel de instrucción que más se distinguiera durante largos años en la capital y en una labor intelectual activísima y  notable honró el nombre peruano con bellas obras y con frutos de su ponderado y robusto talento».
El Instituto de Enseñanza para la Mujer dejó su nombre a otro establecimiento de su género, que en la segunda década del siglo XX funcionaba  como testimonio vivo del prestigio que le  diera su fundadora. A la vez, Teresa González de Fanning escribió varios textos de enseñanza, destacando entre ellos el titulado “Lecciones de Economía Doméstica”, que obtuvo gran acogida en los hogares por las valiosas enseñanzas en él contenidas. 

Fue principal de su existencia la búsqueda del progreso social, publicando sobre la materia diversos estudios, con el seudónimo María de la Luz. Buscó con ellos aportar ideas para el mejoramiento de la educación femenina y para el auxilio de la niñez desvalida. En ello trabajó hasta que el agotamiento físico le impuso descanso. 

En  ello  fue  modelo  de  virtud  activa,  digno  de  imitarse  como  guía  espiritual  en todos los tiempos. Así quedó grabado en el recuerdo de todas las niñas, luego madres de familia, que se nutrieron con sus enseñanzas y su prédica de los valores, formación moral que luego inculcaron a sus hijos, perennizando la grandiosa obra de quien supo ser benefactora espiritual de muchas generaciones.


SU VIGENCIA IMPERECEDERA



En sus años postreros,  reconocida como egregia matrona, notable educadora, escritora de gran valía y persona signada por el respeto nacional, doña Teresa González de Fanning optó por apartarse del bullicio mundano, rodeada de sus recuerdos y consagrada enteramente a la práctica de las más austeras virtudes.  Por entonces adquirió la penosísima  dolencia que la llevaría a la tumba, soportándola sacrificadamente, sin exhalar un solo quejido, según cuentan quienes compartieron su austero retiro, hasta sus momentos finales en abril de 1918.

Al morir se le tributaron múltiples homenajes, y esclarecidas plumas exaltaron su figura honrándola como una de las intelectualidades femeninas más altas y valiosas que ha producido el Perú, cuyo ejemplo soportaría el paso del tiempo puesto que dejó un legado cuya vigencia habría de perdurar. 


En  su honor fueron pronunciadas estas frases: «Cuando el espíritu nacional entre en ese nivel superior en que los pueblos sienten gratitud por quienes han honrado a la patria con obras de  bien, la señora Teresa González de Fanning tendrá como educadora de la mujer el recuerdo imperecedero que se le debe á ella como a otras damas de excelsa filantropía, que han hecho honor a su sexo y a su patria».




Colegio Japones "Lima Nikko"

G.U.E. "Teresa González de Fanning"






I.E.E. "Teresa González de Fanning"














4 comentarios:

  1. Sería una pena si lo hicieron... era emblemático...

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  2. Aprovechando que toda la comunidad estudiantil y docente estuvieron distribuidos en otros colegios mientras iba a durar la "remodelación" toda la infraestructura del Colegio fue demolida. La Municipalidad de Jesús María trato en vano que el frontis del Colegio sea declarado como monumento histórico al igual que la Comunidad Peruano Japonesa "Lima Niko", al gobierno de García Pérez poco le importo y arraso con todo. Fue una gran pérdida.

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    1. Si incluso contaba con un mostrario de momias las cuales fueron halladas en el lugar.

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